sábado, 3 de mayo de 2025

Este pasillo llamado Chile

 (Reseña publicada en FilmAffinity)

“Denominación de origen” plantea su conflicto explícito entre San Carlos y Chillán, dos ciudades del centro-sur de Chile, la primera de unos 50.000 hábitantes y la segunda algo más grande. Yo vivo a unos 90 minutos en auto al norte de San Carlos, pero nunca la he visitado. Más al sur está Chillán, una ciudad más parecida a la mía en dimensiones y que he visitado solo una vez. Pero sancarlinos y chillanejos (aunque el DLE diga chillanense) sí he conocido bastantes y, a pesar de que cada ciudad o pueblo tiene su logro distintivo, su pasión particular y unas cuantas palabras extrañas, no difieren mucho de un talquino como yo o de cualquier chileno provinciano. Y en toda provincia chilena hay disputas. Peleas del pueblo chico contra el menos chico, recelos de hermano menor contra el mayor.

Chillán es conocida por sus longanizas, las mejores de Chile, que mezclamos con guisos y estofados y usamos para hacer un choripán (pan francés, longaniza y, ojalá, pebre). Hasta que esta película llega y nos revela que las mejores-mejores, las originales, realmente son las de San Carlos. Y así parte esta historia: en el año 2018 se organizó un concurso de longanizas en Chillán y la ganadora fue la fabricada como método de reinserción laboral por un centro penitenciario. La celebración no duró mucho: hubo un error. El centro era de San Carlos y según las bases solo podían participar empresas chillanejas. Les quitaron el premio.

Alguien tenía que hacer justicia y reivindicar a los sancarlinos. Un grupo de personas con coraje, con pasión y que no tuviera nada que perder. Ese grupo es nuestro cuarteto protagonista, héroes carismáticos e improbables. Luisa, una entusiasta activista social de un barrio que podría ser cualquiera en Chile; DJ Fuego, un joven que vive de la autogestión precaria para levantar sus proyectos musicales, audivisuales y económicos; el Tío Lelo, fabricante de longanizas, viejo campesino que cree que aún no es tarde para aprender a leer; y Juan Peñailillo, un abogado relajado, algo vulgar y algo fracasado que ve en esta misión un camino para recuperar su reputación. Juntos preparan el plan de conseguir la “denominación de origen” para la longaniza de San Carlos. Para que sea reconocida como la mejor deben ganarle a Chillán, pero no es tarea fácil. La película va relatando en clave documental (¿lo es?) no solo las peripecias del grupo y su intento de organizar a todos los fabricantes de longanizas de la comuna, sino también la realidad de una provincia chilena cualquiera, su precariedad e incluso pobreza, la burocracia de sus instituciones, y diversas situaciones que se pueden dar en un pueblo así: los intereses, las tensiones, los dolores, el humor, la picardía (que nuestro futbolista Gary Medel bautizó como “chispeza” chilena).

“Denominación de origen” es una comedia, y no una liviana, ligera o simplemente efectiva como han dicho algunos críticos extranjeros. Tal vez porque no saben lo dulce y agraz del retrato que hace de estas personas que todo chileno ha conocido en su vida. Es una comedia exquisita, como las longanizas y los choripanes, que ocupa las teclas precisas para desbordar en risas sin burlarse ni ridiculizar, que abarca el absurdo y el humor negro haciéndolo siempre con cariño y respeto por las personas que retrata. Nos hace partícipes y cómplices de la historia. Queremos conocerlos, hablar y “carretear” con Luisa, Tío Lelo, DJ Fuego y Peñailillo. Porque no son actores profesionales haciendo un papel más: son sancarlinos, chilenos, narrando su propia historia.

Ni es una comedia ligera ni es tan solo una comedia. También es un drama, y, como los buenos, sobre la condición humana. Sobre qué es lo que nos mueve (de forma consciente e inconsciente) y sobre el absurdo de la vida que a veces enfrentamos. Pero, en este caso, es una condición humana más particular: “Denominación de origen” muestra una buena parte de lo que se siente ser chileno, sobre todo uno de fuera de la capital. No es solo nuestra forma de hablar, nuestros sabores y olores, o la música de los barrios y del campo. Es una forma de ser, una manera de agachar la cabeza y volver a levantarla. Esa gracia que aparece al reírse en la desgracia. Esa manera triste de sentirse poca cosa o de aceptar dignamente el destino cruel. La extraña necesidad de que venga alguien de fuera a decirnos que sí, que somos buenos en algo, o esa mezcla rara de complicidad y desconfianza en nuestro trato. Tal vez también esa necesidad ineludible de identidad y pertenencia, que se filtra hasta en la propia lectura que estoy haciendo, como muchos, de esta película.

Vivimos atrapados entre el blanco de una cordillera monumental y el azul abismante del Pacífico. La tierra se retuerce cada ciertos años. El paisaje nos obliga a la humildad, a la cautela, al miedo, a la esperanza y a veces a la resignación. Somos pequeños, sí, pero a ratos queremos ser gigantes. Más grandes que Chillán. Y cuántas veces hemos fallado esa tarea y volveremos a fallar. A veces mejor ni intentarlo. Esta historia es la de cuatro chilenos que quisieron hacer algo por su pueblo y por ellos mismos. Contaban con poco más que una pasión, que más que una pasión parecía una forma de sobrevivir, una forma de hacer amigos, de hacer comunidad. La última esperanza para levantarse juntos y, en caso de volver a caer, caerse juntos también. Porque quizás cuando en el trailer una longanicera le pregunta a Luisa por qué está liderando esta lucha si ella no fabrica longanizas, estamos viendo la pregunta fundamental a la que todo en esta película busca dar una respuesta. “Denominación de origen” es la película más chilena que he visto. Es el sello de nuestra “denominación de origen” como país. Y es una gran, gran película. Casi todo chileno compartirá eso último y, ojalá, estas líneas sirvan para que quien la ve desde afuera se adentre con el contexto y la perspectiva necesarias. Imperdible.

domingo, 26 de enero de 2025

La velocidad de las nubes

Un feto de elefante o la caricatura de un cóndor. Un dinosaurio de seis patas. Se transforma, se desmembra, se deshace, flota por unos segundos en una estado intermedio. Como un algodón de vapor dulce, finas hebras bañadas de sol. Contrasto esa nube amorfa, melena canosa sin cuerpo, con los vellos negros de mi brazo que estoy usando de almohada. Acostado en la cama de mis padres, los vellos acá y las nubes allá lejos, tras las huellas de mi sobrino marcadas en la ventana, atravesadas por los rayos del sol que estoy intentando ignorar. Escucho el viento golpear la cortina, el rumor suave del mar rompiendo en la arena. Lo contrasto con la velocidad de las nubes. Se mueven más rápido que el mar, las cortinas y las hojas verdes, pero, de alguna forma, más lento también. La nube principal parece un gran incendio y las pequeñas son el humo que va exhalando. Estoy pensando en que quisiera moverme como esas nubes, veloces pero tranquilas, mudas, cuando escucho acercarse a mi sobrino en su escúter.

    - ¿A qué hora vamos a la playa?

No importa la hora que le diga ni en cuántos minutos, porque aún no afina esas nociones. No lo puede contrastar. Un día le pregunté qué edad creía que tenían sus abuelos y todos reímos con las respuestas, hasta él. Solo importa si iremos ahora a la playa o no, así que sí, vamos. Al tiro. Veloz, tranquilo, como un ninja sabio, como un viejo en paz. Hasta que la marea alcance el castillo y el balde, o hasta que el calor y las nubes se escondan bajo la noche y la brisa se vuelva ciega. Mañana estará el mismo sol, las mismas nubes. Mi sobrino será un día más niño, yo un día más viejo y, espero, más en paz.

Fast car - Tracy Chapman (traducción)

Tienes un auto rápido
Quiero un pasaje a donde sea
Quizás hagamos un trato
Quizás juntos lleguemos a alguna parte
Cualquier lugar es mejor
Empezando de cero, nada que perder 
Quizás hagamos algo
Por mi parte no tengo nada que demostrar
 
Tienes un auto rápido
Tengo un plan para sacarnos de aquí
He estado trabajando en la tienda de la esquina
Logré juntar un poco de dinero
No tendremos que manejar lejos
Solo cruzar la frontera y entrar a la ciudad
Ambos podemos conseguir un trabajo
Y al fin ver qué significa estar vivos
 
Verás, mi viejo tiene un problema
Vive agarrado a la botella, así es la vida
Dice que su cuerpo es muy viejo para trabajar
Y su cuerpo es muy joven para verse así
Cuando mamá se fue y lo dejó
Quería más vida de la que él podía darle
Dije: alguien tiene que cuidarlo
Así que dejé la escuela y eso hice
 
Tienes un auto rápido
Es tan rápido como para volar de acá?
Tenemos que tomar una decisión
Irnos esta noche o vivir y morir así
 
Y recuerdo cuando estábamos manejando
Manejando en tu auto
Tan rápido que me sentí borracha
Las luces de la ciudad abiertas ante nosotros
Tu brazo se sintió bien rodeando mi hombro
Y tuve una sensación de pertenencia
Tuve la sensación de poder ser alguien
Ser alguien, ser alguien
 
Tienes un auto rápido
Navegamos, nos divertimos
Aún no tienes un trabajo
Yo trabajo en el súper como cajera
Sé que las cosas mejorarán
Encontrarás trabajo y me ascenderán
Y nos mudaremos de este arriendo
Compraremos una casa grande y viviremos en los suburbios
 
Y recuerdo cuando estábamos manejando
Manejando en tu auto
Tan rápido que me sentí borracha
Las luces de la ciudad abiertas ante nosotros
Tu brazo se sintió bien rodeando mi hombro
Y tuve una sensación de pertenencia
Tuve la sensación de poder ser alguien
Ser alguien, ser alguien
 
Tienes un auto rápido
Yo tengo un trabajo que paga nuestras cuentas
Te quedas hasta tarde tomando en el bar
Ves más a tus amigos que a tus hijos
Siempre esperé algo mejor
Pensé que quizás juntos lo encontraríamos
No tengo planes, no iré a ningún lado
Así que toma tu auto rápido y sigue manejando
 
Y recuerdo cuando estábamos manejando
Manejando en tu auto
Tan rápido que me sentí borracha
Las luces de la ciudad abiertas ante nosotros
Tu brazo se sintió bien rodeando mi hombro
Y tuve una sensación de pertenencia
Tuve la sensación de poder ser alguien
Ser alguien, ser alguien
 
Tienes un auto rápido
Es tan rápido como para que vueles de acá?
Tienes que tomar una decisión
Irte esta noche o vivir y morir así

jueves, 9 de enero de 2025

Reseña: DeBÍ TiRAR MáS FOTos - Bad Bunny

Su mejor disco: fiesta, historia, comunidad

(Escrito originalmente en https://rateyourmusic.com/release/album/bad-bunny/debi-tirar-mas-fotos/)

 

Después de Nadie sabe lo que va a pasar mañana, Bad Bunny quedaba libre para su siguiente movimiento. Ese trabajo era la respuesta a los fanáticos que le recriminaban haberse alejado del trap: "ahí tienen 20 canciones, ahora déjenme avanzar" (yo no soy rey del trap, tampoco un dios del trap, yo soy Bad Bunny, soy más grande que el trap). Creí, con gusto, que lo que venía era lo más cómodo, el "Un verano sin ti pt. 2", porque la fórmula funcionaba en lo musical y en lo comercial. La otra opción menos probable era lo que terminó siendo DeBÍ TiRAR MáS FOToS: una declaración artística, reflexiva y ambiciosa; la expansión de esos atisbos de exploración artística que ya habíamos visto a lo largo de su carrera.

Desde la genial portada y el título metafórico, Benito nos presenta como homenaje la conexión que tiene con su tierra y su historia. El paisaje, el patio caribeño y latino, las sillas plásticas que invitaban a pasar el rato, ahora vacías. Eso que al parecer estamos perdiendo. No son las fotos: son los momentos, las conversaciones, las fiestas, los bailes, los cantos, la idea de comunidad.

Para su declaración artística y de orgullo, Bad Bunny no elige una época, sino todas. Homenajea a los ritmos caribeños folclóricos, clásicos, y a los actuales (5 reggaetones, 1 dembow, 1 house), casi que intercalándolos y haciendo amalgamas entre medio, con una producción increíble que hace sentir todo en sintonía: cajas de ritmo, efectos, sintetizadores, cuerdas y percusiones tradicionales, bronces, pianos. En la voz: no deja su timbre y tono característicos, aunque se permite jugar un poco más y, claro, acompañarse de coros caribeños que suenan hermosos. En las letras: mucho juego, buenas referencias y grandes barras; breakup, despecho y jactancia como siempre, y harta nostalgia. Pero en ese recuerdo de lo perdido no está solo lo romántico, también le habla a sus seres queridos y a su país, e incluso en las canciones de amor hay metáforas, referencias o dobles lecturas a temáticas sociales (BOKeTE, TURiSTA). 

El tracklist parece ir contando una historia: partimos en NUEVAYoL, Estados Unidos (país en el que estuvo en los últimos años), con un sample de salsa y luego un dembow ardiente. En la siguiente canción invita a su pareja (y a nosotros) a PR con un reggaetón clásico, y en la tercera ya estamos instalados en el Caribe bailando salsa. De ahí en adelante nos saca a dar una WELTiTA por la playa con una fusión latina pop, y nos seguimos moviendo entre buenos reggaetones (voy cazando y muero perreando; VeLDÁ samplea a Bien Loco?; qué final el de KETU TeCRÉ), un house y sorpresivas plenas, bombas, bolero y jíbaro, como presentándonos la isla y avanzando cada vez con más introspección. En la mitad hay una pausa: BOKeTE, una pieza más ambiental que anuncia la bachata desde esa melodía en loop hasta que finalmente aparece la percusión. EoO es un recuerdo al reggaetón viejo-viejo, previo al 2003, con sonidos electrónicos de esos tiempos y esas melodías medio disonantes que hacían Tito El Bambino y otros. Genial.

Los puntos altos son muchos. Destaco las 2 salsas, una romántica y una dura, y la canción que da título al álbum. BAILE INoLVIDABLE es la primera de estas, con un coro precioso en melodía y letra, que combina la mejor salsa clásica con los fraseos de Benito y hasta un solo de piano. LA MuDANZA cierra el álbum con una declamación autobiográfica que introduce a esta salsa dura, durísima, brutal y rapeada, con preguntas y respuestas entre instrumentos y coro que son el mejor final que podría haber tenido el disco. DtMF es una joya: inicia con la vibra de Callaita, pero acá el reggaetón es reemplazado por un suave ritmo dancehall-plena. En la letra está el motivo de todo el proyecto (debí darte más besos y abrazos las veces que pude), la melodía es tan linda como hipnótica y cierra con una fiesta y un juego de voces catártico. También está LO QUE LE PASÓ A HAWAii, la más política y que puede terminar siendo un himno, con una muy buena construcción musical y clímax.

Este disco es varias cosas: un disco para bailar y emocionarse, como los mejores; una invitación a conversar y abrazarse entre generaciones; el proyecto más personal y maduro de un artista top mundial y rompe-records; el pivote artístico en una carrera a la que, siendo ya muy larga (sexto álbum!), le queda mucho rato; su mejor álbum y, tal vez, un disco histórico. Ahora sí que Bad Bunny seguirá haciendo lo que le de la gana y le apasione. Tiene una mente llena de buenas ideas, se rodea de los mejores talentos de la escena y ha demostrado tomar buenísimas decisiones. Estoy seguro de que en algunas décadas más miraremos hacia atrás y veremos todo esto diciendo: wau, increíble todo lo que hizo Bad Bunny, el conejo malo, ese al que un día miramos como un fenómeno extraño o una moda del momento. Y ahora, el artista más grande del momento demostrando el porqué.

sábado, 28 de enero de 2023

En ese estado flotaba tranquilamente, pero apenas tenía un asomo de conciencia sentía el dolor traspasándolo como flecha. Incluso muerto, gemía.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Una niña triste - Margaret Atwood (traducción)

Estás triste porque estás triste
Es psíquico. Es la edad. Es químico.
Anda a ver un psiquiatra o tómate una pastilla,
o abraza a tu pena como a una muñeca tuerta
que necesitas para dormir.
 
Y bueno, todos los niños son tristes
pero algunos lo superan.
Suma tus dichas. O mejor,
compra un sombrero.  Compra un abrigo o una mascota.
Ponte a bailar para olvidar.

Olvidar qué?
Tu tristeza, tu sombra,
lo que sea que te hayan hecho
el día de la fiesta en el jardín
cuando entraste roja de sol
enfadada de azúcar tu boca,
con tu nuevo vestido de cinta
y su mancha de helado
y te dijiste a ti misma en el baño,
no soy la niña favorita.
 
Querida, cuando llega
de pronto el momento
y la luz falla y la niebla irrumpe
y estás atrapada en tu cuerpo abatido
bajo una sábana o un auto ardiendo,
 
y la llama roja se escapa de ti
e incendia el asfalto junto a tu rostro
o el suelo, o la almohada,
ninguna de nosotras lo es;
o todas lo somos.

sábado, 12 de noviembre de 2022

Mañana en la casa quemada - Margaret Atwood (traducción)

En la casa quemada estoy tomando desayuno.

Tú entiendes: no hay casa, no hay desayuno,

sin embargo aquí estoy.

 

La cuchara que se derritió raspa contra

el tazón que también se derritió.

Nadie hay alrededor.

 

Dónde se han ido, hermano y hermana,

madre y padre? A lo largo de la orilla, 

tal vez. Sus prendas están aún en los colgadores,

 

sus platos apilados junto al lavaplatos,

que está al lado de la cocina a leña,

con su rejilla y su tetera tiznada,

 

cada detalle claro,

jarro de lata, espejo ondulado,

El día está brillante y sin música,

 

el lago es azul, el bosque atento.

En el este un banco de nubes

se eleva en silencio como un pan negro.

 

Puedo ver los espirales en el hule,

puedo ver los defectos en el vidrio,

esos destellos donde el sol les pega.

 

No puedo ver mis propios brazos y piernas

o saber si esto es una trampa o una bendición,

encontrándome de nuevo aquí, donde todo

 

en esta casa hace tiempo ha acabado,

tetera y espejo, cuchara y tazón,

incluso mi propio cuerpo,

 

incluso el cuerpo que tuve entonces,

incluso el cuerpo que tengo ahora

mientras me siento en esta mesa matutina, sola y feliz,

 

pies descalzos de niño sobre las tablas chamuscadas

(casi puedo ver) 

en mis prendas ardiendo, los delgados pantalones verdes

 

y la sucia polera amarilla

sosteniendo mi inexistente, llena de cenizas,

radiante carne. Incandescente.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Hacia otra brisa nocturna

traigo mi cuerpo hecho un cuesco de hilos

solo queda la lluvia

en que caes tersa

sobre mis hombros

-tras este espejo empañado

estoy desnudo de máscaras-

 

llevo mi muerte adentro la huelo

como un latido de flor blanca

ahogada de brisas, mis hombros caídos

un segundo a la vez, y entonces

 

cuando llegado el momento 

ante aquel vidrio empapado de negro

me encuentre mudo e inerte

cuando los ruidos blancos discurran

por las paredes de piedra

sonreiré, tal vez

en mi último gesto

sonreiré, espero

de veras lo espero

 

con calma y ternura

un pulmón a la vez

en cada aliento resiste

la carne, el sueño, la lluvia

la sangre de ciervo apacible

la espalda erigida, los ojos cerrados

el cuesco de hilos, tantas veces resuelto

y vuelto a enredar

 

acomodo las tablas y el polvo

pausa en el rellano

en el paso siguiente, recuerdo

 

la herida por fin abarcada

la casa por fin encallada

sus sillas en orden

ventanas en cauce

hacia otra brisa nocturna

al borde de todo, de nada, del duelo

santo y fatal de mi muerte

de la lluvia que cae, tersa

sobre mis hombros

sobre esta piel tallada

que solo entonces

sonreirá, en el último gesto

lunes, 12 de septiembre de 2022

Noticia

Alguien frota sus manos
Suave, dulce, tristemente
Cuando recibe una noticia que no espera
- de seguro no se da cuenta
la mirada húmeda, perdida
 
Amasa sus dedos como
Tanteando el anuncio
Como buscando sentir algo
Que no sea el hielo seco
Del silencio; o el dolor
Mudo, como el del hambre
Que nace lento y luego se hace insoportable
 
Las manos suaves, perdidas
Fuera de vista
En esta sala iluminada
Como entibiándolas, tal vez
Como ablandándolas
Antes de llevarlas a sus ojos
Con el pañuelo que acaban de acercarle
 
Antes de apretar contra su cuerpo la cartera
O de pegarse al pecho
La carpeta con exámenes
Antes de hacer unas últimas preguntas
De dar las gracias
Y despedirse
Con acostumbrada cordialidad

domingo, 7 de agosto de 2022

Tiro libre

Una vez le escribí un correo a Francisco Mouat, periodista, escritor y librero chileno. Es uno de los poquísimos correos de correspondencia (de saludo, de conocerse, de agradecimiento) que he escrito. Fue el primero y, ahora veo, quizás el más significativo. Le puse ganas. Hoy busqué por todos lados de mis computadores y discos duros una carpeta que se llamara Tiro libre, que debía contener docenas de columnas de Mouat, pero no la encontré. En mi correo tampoco estaban. Claro, porque en ese tiempo usaba otro correo, recordé después. Así que, en un atisbo de milagro, recuperé el correo antiguo y con él todas las columnas que diligentemente me llegaron cada sábado durante meses en mi época escolar. También encontré aquel correo que le escribí y del que esperé optimista y tiernamente una respuesta que nunca llegó. Disfruté a concho las columnas y este escrito iniciático lo había olvidado por completo. Dio en el palo, se perdió el balón, recién ahora hay un rebote confuso, un remate aventurado. Parece que no se lo escribí a Pancho Mouat, parece que me lo escribí a mí. Al mí de casi una década después. Gol. Golazo.
 
______
 
Martes 24 de septiembre de 2013

Hola, Sr. Mouat

Antes de todo, quiero agradecerle por haberle dado un mejor sabor a tantas mañanas sabatinas con sus columnas, las que leí siempre tomando un café y aún en pijama. Y por dar ahora la posibilidad de volver a esa linda costumbre.
Le cuento cómo conocí su columna: en mi sala de clases encontré una revista Sábado (que seguramente estaba ahí para un trabajo manual) y comencé a leerla, por mala costumbre, desde atrás. Encontré un título que me llamó la atención: Monumento mínimo. Luego, leí y sonreí. Simplemente emocionante. Comencé a comprar el diario los sábados, por la revista, por Tiro libre, hasta que pasó lo que ya sabemos que pasó.
Qué lindo será ahora volver a tener tan lindo detalle para empezar el fin de semana. Qué lindo volver a tener Tiro libre por las mañanas.
La suscripción ya está pagada a nombre de quien le habla, Gonzalo Retamal. Si necesita un escáner del comprobante, me avisa. Mande Tiro libre a este correo (gonzalortml@hotmail.com), mientras yo le mando un abrazo grande a la distancia.
Muchas gracias por preocuparse de sus lectores. Por seguir difundiendo sus historias, su talento y su arte.
Gonzalo Retamal.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Textos predictivos

1. La universidad fue el otro lugar incendiario donde ocurrió la inconsciencia paradisíaca de las estadísticas.

2. Mentiría si dijera que de vez en cuando las puertas abren telas de sabores diferentes. Nunca fue así.

3. Incendio a las tres de la tarde tras un encuentro con los poetas macabros.
 
4. El egonauta fue y será fuerte, pero, a saber, también muy criticado en la segunda mitad del siglo. Quién habría previsto tal punto de inflexión. 
 
5. Las características de su prosodia habrían bastado para silenciarlo de un coscacho.
 
6. No nos llamó nadie, pero así llegamos al hospital, así fuimos invitados a entrar cuáles doctores.
 
7. El problema con la última frase que resonó en el pabellón es que no cabía en definiciones concretas.
 
8. Y de pronto un ensordecedor. Silencio. Miradas patibularias clavándose en miradas silenciadas.

9. Cesarán los ánimos de seguir esta empresa.

10. Las hojas reposan sobre el espacio antes cubierto por el ruido.

lunes, 24 de agosto de 2020

Amalditado

Hoy he resuelto reemplazar esa frase pretenciosa y rimbombante que completaba el link de este blog por una palabra solitaria. Esa palabra se la escuché a un hombre de bigote grueso que, sentado frente a su médico, la usó para describir alguna parte de su condición. Quizás era el dolor el amalditado, o quizás el sol de esas tardes en que solían aparecer sus episodios. El sol que se pone amalditado en la tarde, pudo haber dicho, o bien es un dolor tan amalditado éste que me viene a veces. Ya no lo recuerdo bien. Sí recuerdo mi impresión al escucharlo y mi mirada perdida en la escena, intentando esconder mi desatención mientras anotaba amalditado en mi celular. Ahí quedó la palabra, dando vueltas en la pantalla y en mi cabeza, jugando a adivinarle un significado. Y ahora resurge, para resumir lo que es, en parte, este blog. Un cariño por las palabras, las de carne y las de papel. Un cariño que es más escuchar que leer, más jugar que escribir.

_____

Me gustan las palabras nuevas - las palabras nuevas para uno, que, de hecho, suelen tener más años de lo que el arbol genealógico propio es capaz de ofrecer. ¿Cuántas palabras andan por ahí flotando sin que nadie las atrape? Me gusta atraparlas, atesorarlas, disfrutarlas. Ligüete, por ejemplo, acaso la diéresis más linda que haya escuchado. 

_____

 Amalditarse

1. Depravarse. Pervertirse.

Ej: …algunos bellacos amalditados […] no estaban teniendo ningún escrúpulo…

2. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Amalditado

1. Que da la impresión de ser feroz. 

2. Maldito, condenado o castigado de una manera azarosa o lamentable

_____

Ligüete

1. Entrometido, imprudente

Ej: ¿Qué haré con las palabras atrapadas? A lo más, jugar. Pa qué tan ligüete

_____

Todo está un poco

Amalditado

El dolor, nosotros,

El sol

_____

El Amalditado, corrido de Los Madrugadores (entre 1940 y 1950)

(http://frontera.library.ucla.edu/recordings/el-amalditado)


Yo soy ranchero

Me gusta el trago

Nací valiente

Y amalditado

r. Chile. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/amalditarse.php © Definiciones-de.com
r. Chile. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/amalditarse.php © Definiciones-de.com
r. Chile. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/amalditarse.php © Definiciones-de.com
r. Chile. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/amalditarse.php © Definiciones-de.com
r. Chile. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/amalditarse.php © Definiciones-de.com
r. Chile. Blasonar uno de ser peor de lo que realmente es.

Fuente: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/amalditarse.php © Definiciones-de.com

lunes, 20 de enero de 2020

El arte de la presión social - Kendrick Lamar (Traducción libre)

Todo el mundo, todo el mundo, ¡todo el mundo!
Todo el mundo pegue su culo al asiento
Y escuche esta puta historia real
Contada por Kendrick Lamar en Rosecrans, perras

Fumando de la mejor hierba
Tomé hasta no poder más
En verdad soy un alma sobria
Pero ahora ando con los cabros
Y no andamos por ahí pidiendo favores
Le sacamos la chucha a un hueón
Después lo contamos como talla
En realidad soy tranquilo
Pero ahora ando con los cabros
Y mamá solía decir
Un día esto te va a quemar
Un día esto te va a consumir
Un día esto te va a quemar
Un día esto te va a arruinar
Pero ahora ando con los cabros

Yo con mis negros, los 4 en una Toyota blanca
Un cuarto del estanque, una pistola y bebidas sabor naranja
Una caja vieja para esconder las sobras cuando los pacos lleguen
Los shorts de básquet hediondos a sudor del Gonzales Park
Andamos en busca de putas y problemas
Espero que hoy el universo esté de tu lado
Porque la energía que nos mueve
Anda con ganas de llevarse a un puñado de esperanzados
Llenando sus cuerpos con odio si es que es necesario
Bacilando el primer disco de Jeezy
Distraídos, mirando
Hablando un idioma que sólo nosotros entendemos
Tú crees que es un acento
La ventana baja
Solo alcanzo a ver una mano pasándolo
Hacemos un sahumerio como brujos
Pasamos por unas putas
Les preguntamos con qué trabajan
Mírame, con el caño en mis labios
No suelo drogarme, pero a la mierda: ando con los cabros

Sí, negro, unas pastillas y un coñac
Ven y reventémonos la cabeza
Yo con los cabros
Sumergiéndonos hacia la botillería
Donde mis negros se hacen unos jarabes y otras mezclas
Yo con los cabros
Manejamos, vagamos, con mis negros culiaos 
Me bajo, hago mis cosas y me vuelvo a subir
Yo con los cabros
De hecho, bajaré a ese conchetumare del auto
Y le haré “pum pum pum, pum pum pum”

Son las 2:30 y el sol sonríe
El aire acondicionado roto, mi estómago cruje
Con ganas de comer algo poco sano
Y si quieres ayudar con mi nutrición
Te mandaré a chupármela y seguiré comiendo
Aceleramos en la avenida, pasamos por un buen barrio
Vo cachai, cabras de piel clara y sus vestidos pequeños
Padre Santo, ellas saben que no somos sus vecinos
Porque cada vez que pasamos por ahí
Tiramos al suelo los chips de prepago Claro
Hueonas cuicas sin extensiones
Negros de población con malas intenciones
La combinación perfecta
Antes de iniciar el joteo
Vimos a tres negros que no nos caen bien
Ahí empezó el interrogatorio
Nunca fui un pandillero
O sea, tampoco es que fuera un extraño en la pandilla
En verdad lo dudo
Le sacamos la chucha a un hueón
Y después lo contamos como talla
Qué ironía: nunca he sido violento
Hasta que ando con los cabros

Manejando, vagando
Yo con los cabros
Dando jugo, haciéndonos los hueones
Yo con los cabros
Tripeando, atrapados
Yo con los cabros
Manejando, vagando

Creyéndonos la raja por lo que acabamos de hacer
Un shot de Hennessy no me hará sentir tan mal
Suelo creer firmemente en el mal karma
El pasado te persigue, consecuencias del mal
Tratamos de conquistar la ciudad con desobediencia
Le damos guataje incluso sin el disco puesto
Pero Jeezy sigue sonando
Y nuestra actitud sigue en plan: negro, qué hueá dijiste?
Paramos en la casa que estuvimos sapeando
Como por dos meses
El sol sigue bajando mientras agarramos
Todo lo que queremos

Oye, negro, abre la caja fuerte, hueón
Hey, negro, hay alguien en esta pieza
¡¿Qué? ¿Cómo?!
Hueón, ¡hay alguien en esta pieza!

Golpeo la ventana del fondo
Buscando una Nintendo
Un DVD y un plasma en el maletero
Giramos a la derecha, luego a la izquierda
Luego a la derecha
Luego a la izquierda
Como rodeando a la vida misma
Me llama mi mamá
¿Aló? ¿Qué andai haciendo?
“Dando vueltas”
Debería decirle que quizás 
Estoy a punto de bautizar mi historial
Con los cabros

[sirenas policiales]

Pero... giran a la derecha
Luego a la izquierda
Luego a la derecha, y otra vez a la derecha
Una noche de suerte con los cabros 
 

 
"The Art of Peer Pressure", Kendrick Lamar / good kid, m.A.A.d. City (2015)